Enseñar a cuidar la salud en formato mixto, el desafío de Medicina UC
De los siete años que componen el pregrado, tres no han detenido la actividad presencial por estar en campo clínico, mientras que otras tres vuelven a actividades prácticas de forma paulatina. Enseñar a cuidar la salud de las personas nunca fue tan complicado, pero en la escuela han podido salir adelante gracias al compromiso, tanto […]
De los siete años que componen el pregrado, tres no han detenido la actividad presencial por estar en campo clínico, mientras que otras tres vuelven a actividades prácticas de forma paulatina. Enseñar a cuidar la salud de las personas nunca fue tan complicado, pero en la escuela han podido salir adelante gracias al compromiso, tanto de profesores como de estudiantes, con la docencia, pero también con la vocación.
Casa Central se siente vacío. Un campus donde abunda la vida universitaria, con jóvenes reunidos en las mesas, las bancas y las escaleras, hoy está más gris, y más callado que nunca, donde si antes eran miles de estudiantes, docentes y personal administrativo quienes recorrían sus pasillos, ahora son apenas unas decenas de personas, principalmente funcionarios y funcionarias, quienes pasan por el antiguo edificio de más de 130 años.
Pero hay excepciones. Estudiantes de Medicina cruzan los torniquetes de la entrada del campus después de que les entreguen una credencial. Es miércoles, 14:00 horas y van a su primera actividad presencial de “Bases y fundamentos de la medicina”, un curso introductorio a distintas prácticas médicas y teoría general de la profesión, y que después de hacer clases por Zoom durante 8 meses, sus estudiantes de primer año van a hacer actividades prácticas esenciales para cumplir los objetivos de aprendizaje de estos módulos.
“Sentíamos un compromiso de que ellos pudieran hacer unos talleres prácticos para conocer al menos el edificio, y en una tarde poder conocer al menos a un cuarto de sus compañeros”
Dra. Patricia Valenzuela, profesora jefe del curso “Bases y Fundamentos de la Medicina”
Son 130 estudiantes quienes divididos en cinco grupos (cuatro grupos y uno más para quienes no pudieron asistir por fuerza mayor) están yendo a la universidad, una vez durante la semana, para pasar contenidos prácticos de los módulos “medicina comunitaria” dictado por la doctora Andrea Rioseco y “herramientas básicas de atención al paciente” hecho por la profesora y enfermera del hospital clínico UC, Natalia Gana. El cuerpo docente analizó cuales eran los temas que se podrían considerar más importantes en el curso, y que, se vieran en los dos módulos, como antropometría, control de signos vitales, administración de medicamentos y toma de exámenes, reanimación cardiopulmonar y prepararon talleres para aprenderlos. Cada estudiante de primer año realizará finalmente dos tardes de actividades prácticas durante este período. La doctora Patricia Valenzuela, profesora jefa del curso, valora el trabajo docente para sacar adelante estas actividades presenciales: “El compromiso de los docentes ha sido increíble. En este curso participamos muchos académicos y todos muy comprometidos, sobre todo porque nos motiva mucho enseñar en primer año el amor y cariño a la medicina” comenta. “Nuestro equipo docente es realmente un equipo de lujo, que con mucho compromiso, dedicación, iniciativa e imaginación, ha logrado que los estudiantes estén muy motivados por aprender en este nuevo escenario”.
Con ella concuerda la directora de pregrado de Medicina UC, la doctora Marcela Cisternas: “Hemos tenido que ponernos creativos para buscar las mejores soluciones, para ver cómo podemos hacer que haya contacto sin que haya riesgo se requiere creatividad, pero no hemos tenido problemas. Todos los profesores han usado sus mejores ideas y compartido experiencias, y ha funcionado bien”.
A pesar de que no han podido utilizar el material del centro de simulación de la facultad, los y las docentes han podido ser creativos para poder hacer las clases presenciales de la mejor manera, como, por ejemplo, hacer un fantoma con artículos cotidianos para poder practicar toma de muestras y administración de inyecciones. Un desarrollo del curso inusual, pero que, como indica la doctora Valenzuela, se hace también para que sus alumnos y alumnas conozcan la facultad.
“Estos estudiantes comenzaban el 17 de marzo su primer día de clase y no pudieron asistir por la pandemia, de manera que sentíamos un compromiso de que ellos pudieran hacer unos talleres prácticos para conocer al menos el edificio, y en una tarde poder conocer al menos a un cuarto de sus compañeros con los que han estado trabajando de forma online” comenta la doctora.
“Bases y fundamentos de la medicina” es uno de los cinco cursos de primer a tercer año de Medicina que ha hecho actividades presenciales. Los estudiantes de cuarto año volverán a clases presenciales en enero, donde irán a campo clínico durante el verano.
“La medicina no se aprende con lápiz y papel, se aprende en la práctica, y cuando hay una pandemia tienes que estar al lado del paciente”
Marcela Cisternas, directora de pregrado Medicina UC
Un caso distinto es el de los estudiantes de quinto a séptimo, pues al igual que los doctores que componen el cuerpo docente de la facultad, no han dejado de ir a hospitales y clínicas. Desde la escuela de Medicina reconocen que hubo contagios entre los y las estudiantes que asistieron a los campos clínicos durante la pandemia. “Pero sabíamos que iba a ser así” indica la directora de pregrado, “Era un poco parte de ello, la medicina no se aprende con lápiz y papel, se aprende en la práctica, y cuando hay una pandemia tienes que estar al lado del paciente, y estando ahí sabes que tienes el riesgo de contagiarte. Ellos han aprendido que ser médico es estar a su lado, correr riesgos, apoyarse entre todos, es parte de los aprendizajes que han tenido que asumir”.
A la crisis sanitaria y el riesgo que se significaba para los internos estar en los campos clínicos, se le sumaba el problema de que no veían otra cosa que no fuera Covid-19, pues la cantidad de pacientes por otras circunstancias bajó drásticamente, además de que ven menos personas por día que antes, para respetar los aforos y las medidas preventivas, entre otras cosas.
A pesar de que la facultad se organiza para recuperar las actividades presenciales necesarias para sus estudiantes, no son muy optimistas. Cisternas asegura que hay que aprovechar las clases antes de un posible encierro de nuevo: “Lo que tenemos planificado, desde el punto de vista sanitario, si viene un rebrote se piensa que debe ser en abril, por lo tanto, debemos aprovechar marzo lo mejor posible. Todo lo que sean clases teóricas van a ser online, seminarios de casos, que son en grupos pequeños, van a seguir siendo online, pero vamos a empezar con las actividades que sean prácticas desde marzo, porque sabemos que tenemos que aprovechar todo lo posible.
La doctora Patricia Valenzuela también opina que el equipo docente debe ser precavido al momento de planificar su curso: “Creo que ha funcionado bien, los estudiantes han estado contentos, han evaluado bien, sentimos que han aprendido, pero creo que el próximo año seguiremos con un sistema mixto, con actividad online, tratando de realizar actividades prácticas dentro de lo posible y habrá que adaptarse a las condiciones impuestas por la pandemia”.