Pamela díaz Molina, docente de la carrera de Kinesiología, de la Facultad de Medicina, coordinó y gestionó la creación de este proyecto.
Tuvo como objetivo que los estudiantes del curso Kinesiterapia Neurológica II (KIN405) de la carrera de Kinesiología desarrollaran habilidades en razonamiento clínico y determinación de tratamientos en pacientes con condiciones neurológicas. Para ello, se co-crearon tres recursos formativos que consistieron en escenarios virtuales con videos de pacientes reales en diferentes contextos clínicos (domiciliario, ambulatorio y hospitalario). Estos recursos incluyeron actividades basadas en la metodología ABC y fueron desarrollados en colaboración con los equipos de MediaLab, VirtuaLab y CDDOC. La implementación tecnológica de estos escenarios buscó reducir la brecha entre la formación teórica en aula y la práctica en campo clínico. El impacto educativo fue evaluado utilizando el modelo de Kirkpatrick, y se esperaba que los estudiantes mejoraran en sus habilidades clínicas, evaluaran positivamente los recursos tecnológicos, y tanto ellos como los docentes percibieran una mejor preparación para intervenir en contextos clínicos reales.
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El proyecto enfrentó desafíos que llevaron a reducir a tres los recursos clínicos virtuales previstos. El primer caso, el más complejo, implicó diseñar la estructura en la plataforma, definir necesidades de grabación en entornos desconocidos y crear un guion con actividades para el desarrollo de los estudiantes. El segundo caso incorporó razonamiento clínico para la selección de tecnología de rehabilitación, adaptado al centro clínico donde se grabó. Ambos recursos se implementaron en el curso Kinesiterapia Neurológica II, mientras que el tercer recurso, grabado en septiembre, estará disponible en enero de 2024.
Se espera que estos recursos impacten positivamente en el desarrollo del razonamiento clínico de los estudiantes, mejorando su preparación, seguridad y capacidad para resolver problemas kinésicos en prácticas clínicas. Además, se utilizarán como material complementario en futuros cursos e internados. La evaluación del impacto incluirá encuestas y un análisis comparativo de las calificaciones con versiones anteriores del curso.
Se lograron desarrollar dos de los tres recursos planificados, enfocados en los contextos domiciliario y ambulatorio, quedando pendiente el recurso para el contexto hospitalario, que estará disponible a partir de enero de 2024.
En cuanto al rendimiento académico de los estudiantes del curso, se obtuvo un promedio final de 5.8, lo que refleja un buen nivel de aprendizaje y razonamiento clínico, según el modelo de Kirkpatrick. En comparación con versiones anteriores del curso, se observaron mejoras en las calificaciones, especialmente en la I3 y el Examen Final, donde el 56.3% de los estudiantes alcanzó calificaciones “muy buenas”. Aunque la tasa de reprobación se mantuvo, el 26.6% de los estudiantes logró la categoría de “bueno”.
Los resultados de la encuesta aplicada a los estudiantes (nivel 2 del modelo de Kirkpatrick) indicaron reacciones positivas hacia los recursos tecnológicos, considerándolos como una buena herramienta para desarrollar el razonamiento clínico.
En el nivel 3 de Kirkpatrick, los resultados de la encuesta mostraron que los docentes clínicos percibieron una mejora en el nivel de razonamiento clínico de los estudiantes en comparación con la cohorte anterior.
El proyecto enfrentó desafíos significativos, particularmente en la creación de recursos de escenarios virtuales con pacientes reales. Aunque solo dos de los tres recursos planificados se completaron, se espera que todos estén disponibles para la próxima versión del curso KIN405 en 2024. A pesar de las dificultades, los resultados positivos en el rendimiento académico, así como en la percepción tanto de estudiantes como de docentes clínicos, respaldados por las encuestas aplicadas, sugieren un impacto exitoso en el aprendizaje y el desarrollo de habilidades de razonamiento clínico.
Los recursos tecnológicos desarrollados se proyectan para ser utilizados en futuras versiones del curso y como material complementario en el internado de Neurología Adulto. La participación activa de estudiantes y docentes clínicos fue fundamental, aportando sugerencias valiosas para la mejora continua del proyecto.