Por Francisca Koppmann Kuester
Hace ya más de cuatro años, la pandemia irrumpió en el mundo y generó estragos en diversas áreas, entre ellas la educación. En el caso de Chile, la crisis profundizó las brechas educativas que arrastrábamos hace años, dejando en evidencia problemas estructurales que debían subsanarse. Uno de estos fue el rezago escolar, aquellos niños y niñas que se nos estaban quedando atrás en medio de una crisis que afectó no solo la presencialidad y el desempeño académico, sino también la salud mental, las relaciones familiares y las expectativas, entre otros.
El rezago escolar no debe entenderse como un fenómeno únicamente ligado a lo académico, sino como un problema integral que afecta las distintas áreas de la vida de un estudiante. Un niño que hoy no aprende a leer a tiempo, o que no maneja operaciones básicas de matemáticas acordes a su nivel, verá afectadas también sus creencias sobre su propio aprendizaje, su autoestima académica y sus expectativas de futuro. Frente a esta situación, las tutorías escolares virtuales han surgido como una estrategia efectiva y escalable para nivelar aprendizajes, a través de un modelo basado en evidencia científica que permite al estudiante tener un referente que lo apoya en aquello que le cuesta, además de fortalecer sus habilidades socioemocionales y motivarlo respecto de sus propias capacidades de aprendizaje.
Conectado Aprendo es una organización que desde el 2020 se dedica a apoyar estudiantes con rezago escolar en matemáticas o lenguaje, a través de un modelo estandarizado y acotado en el tiempo, que involucra un entrenamiento socioemocional y académico que se realiza a través de un software propio. Pero, tal como señala la evidencia, la clave del éxito no es el modelo, sino el vínculo. El lazo que se forma entre el tutor y el estudiante es el que moviliza la motivación y los resultados de aprendizaje de los niños, pues ellos ven en su tutor a un referente, una figura única que deja huella en sus vidas. Si bien los tutores son voluntarios, nos concentramos en los estudiantes universitarios, pues ahí hemos encontrado responsabilidad, motivación intrínseca y ganas de aportar a una causa país. Además, contar con una institucionalidad que respalde los procesos garantiza calidad y homogeneidad en el proceso que reciben los niños.
Con la Universidad Católica hemos colaborado desde el 2022, en alianza con la red Tutorías Escolares en la UC (TEUC), gracias a la que hemos integrado las tutorías en distintos modelos dentro de la universidad. Hasta la fecha hemos trabajado con más de 1000 jóvenes universitarios que han demostrado que más allá de su disciplina de estudio, pueden apoyar y encantar a sus estudiantes con el aprendizaje, dejando en muchos de ellos una semilla sembrada con respecto a estudiar en la universidad o simplemente “estudiar para ser como mi tutor”. Pero no solo los niños han cambiado, también lo hacen los tutores, que con cada vez mayor frecuencia indican haber sido impactados, haberse encantado con el mundo de la educación o querer dirigir su carrera hacia la infancia.
Muchas veces creemos que somos muy jóvenes, que no sabemos lo suficiente, que no podemos hacer un cambio real en la sociedad. Pero lo cierto es que detrás de cada niño que recibe tutorías, hay un tutor universitario que lo acompaña en su aprendizaje y lo ayuda a sentirse más confiado, a levantar la mano en clases y a creer que sí puede. Un joven que no necesita esperar al futuro, porque puede impactar en el presente. Un universitario que al participar de esta experiencia “se piensa” a sí mismo y a su vocación viviendo el problema público en primera persona y siendo a la vez, parte de la solución. Es ese el espíritu de la UC y de Conectado Aprendo a través de esta alianza que esperamos seguir llevando adelante por muchos años más, para que ningún niño se nos quede atrás y más universitarios vivan la experiencia transformadora que implica ser tutor.