Revitalizar el sur de Memphis a través de una asociación de desarrollo interdisciplinaria entre la comunidad y la universidad.

6 de Noviembre 2020

Considerando el escenario de enseñanza interdisciplinar, este artículo hace una revisión de las oportunidades y desafíos vinculados al trabajo en conjunto entre la comunidad y la Universidad de Memphis; acentuando la relevancia de los beneficios del trabajo interdisciplinario en el diseño, implementación y evaluación del mismo. Además, se examinan los obstáculos filosóficos, metodológicos, pedagógicos y […]

La creciente complejidad social no se ha quedado ajena a la realidad educativa, en plena pandemia del covid-19 se hace imposible pensar el quehacer de la educación superior enajenado de los fenómenos sociales, políticos, económicos, culturales y medioambientales de este siglo, en el cual las diferentes disciplinas tienen un rol fundamental en el abordaje de tales problemáticas/necesidades. He aquí cuando la interdisciplina entra en juego, ya que permite una visión desde un enfoque sistémico de la realidad permitiendo una apertura a nuevas perspectivas, áreas del conocimiento y contribución. En consecuencia, como señala Neef (2004), la interdisciplina más que una nueva disciplina o super-disciplina es, en realidad, un modo distinto de ver el mundo, más sistémico, más holístico, que permite un acercamiento más acabado a la comprensión de la complejidad social.

Considerando el escenario de enseñanza interdisciplinar, este artículo hace una revisión de las oportunidades y desafíos vinculados al trabajo en conjunto entre la comunidad y la Universidad de Memphis; acentuando la relevancia de los beneficios del trabajo interdisciplinario en el diseño, implementación y evaluación del mismo. Además, se examinan los obstáculos filosóficos, metodológicos, pedagógicos y organizacionales, para que estos sirvan de insumo para nuevas ideas y propuestas de trabajo interdisciplinar en educación superior.

Los autores comienzan el artículo realizando una contextualización de la zona del sur de Memphis – lugar donde se realiza la intervención- entregando al lector un panorama acabado de las problemáticas y necesidades del lugar, para luego describir los esfuerzos llevado a cabo por la Universidad en pro de promover una universidad comprometida con la comunidad, razón por la cual la Universidad de Memphis se asocia con la congregación de la Iglesia Episcopal Metodista Africana St. Andrew en el lanzamiento del programa Renacimiento del sur de Memphis Colaborativo [SMRC].

Valiéndose de los Recursos académicos de la universidad y las habilidades de la  comunidad se describe como SMRC se comprometió a diseñar y implementar una estrategia de revitalización integral para el núcleo de la comunidad del sur de Memphis, de la cual participaron la facultad de antropología, ciudad y planificación regional, ingeniería civil, los departamentos de salud pública mediante la disposición de once cursos Aprendizaje-Servicio [A+S], en los cuales estudiantes de las facultades mencionadas con anterioridad trabajaron de manera conjunta y colaborativa entre ellos y junto con residentes locales, líderes institucionales y funcionarios electos para elaborar el Plan de acción de revitalización del Sur de Memphis.

En primer lugar, se describe cómo se creó este plan entre los años 2008 y 2009, y cómo se tuvieron que articular los cursos, facultades, universidad y comunidad entre sí, para luego especificar los beneficios de la interdisciplinariedad en proyectos de este tipo. Entre los beneficios que describen destaca principalmente el diagnóstico acabado que se pudo desarrollar debido a la gran cantidad de perspectivas frente a un mismo fenómeno, así como la amplia gama de métodos cuantitativos y cualitativos, y formas de investigación que permitieron contrastar teoría y práctica, nutriendo aún más el Plan de acción de revitalización del Sur de Memphis.

En segundo lugar, se abordan los costos de realizar el trabajo interdisciplinario enfatizando ante todo el tema del tiempo, ya que, tal como describen los autores,  tomó varias semanas cada semestre establecer un trabajo compartido, una comprensión clara de los objetivos a largo plazo del proyecto, un lenguaje común para describir las características cotidianas del proyecto dado que cada disciplina tenía su propio lenguaje, y un conjunto de técnicas compartidas de resolución de problemas. Igualmente, los docentes tuvieron complicaciones respecto al tiempo, puesto que se requerían de gran cantidad de horas para diseñar y luego implementar, lo cual no obtenía el mismo reconocimiento en las distintas facultades ni interés, además los académicos formados en diferentes disciplinas aportaban sus propios marcos teóricos, constructos conceptuales, métodos de investigación e ideas de políticas para su investigación basada en la comunidad, lo que producía que el intercambio y la colaboración se dificultará. Sin embargo, una vez superados se logran grandes beneficios tanto para la universidad, docentes, estudiantes y la comunidad.

Finalmente, se abordan los Principios de buenas prácticas para las asociaciones interdisciplinarias entre la comunidad y la universidad entre las cuales resaltan:

  • Alentar a los profesores que realizan trabajos comunitarios a unirse en un esfuerzo colectivo basado en la comunidad.
  • Dejar suficiente tiempo para que las y los estudiantes formen un equipo que funcione bien.
  • Crear oportunidades para establecer y generar confianza entre todas las partes interesadas.
  • Identificar los recursos necesarios para contratar a un coordinador.
  • Diseñar horarios de cursos para permitir la participación sostenida de la facultad y los estudiantes.
  • Diseñar un sitio web para almacenar, rastrear y compartir el trabajo.
  • Reflexionar de manera regular y crítica las prácticas para avanzar en mejorar la calidad de nuestra investigación, ya que a medida que aumenta la confianza entre la comunidad y los participantes de la universidad, se pide a los estudiantes y profesores que emprendan proyectos de investigación-acción participativa cada vez más complejos y desafiantes.

Este artículo, por tanto, deja en evidencia la necesidad de desarrollar instancias interdisciplinarias dentro de la educación superior, dado que se promueve un aprendizaje y enseñanza que se adecua a los desafíos del mundo actual. Siguiendo esta línea, queremos invitarles a ser parte e inscribirse del taller que será dictado prontamente por el CDDoc: ¿Cómo generar aprendizaje interdisciplinario?. Más información en este enlace.

 

Para profundizar en la interdisciplina UC te invitamos a revisar los siguientes enlaces:

 

Referencias:

Lambert-Pennington, K., Reardon, K. M., & Robinson, K. S. (2011). Revitalizing South Memphis through an Interdisciplinary Community-University Development Partnership.

Michigan Journal of Community Service Learning, 17(2), 59-70.

Max-Neef, M. A. (2004). Fundamentos de la transdisciplinaridad. Universidad de Cuenca.